ANNA MERMET
4.8 km, Images de pensée
Parcourir 4.8 km sur le papier en copiant des textes littéraires et philosophiques
traitant de l’exotisme, de déplacement, de paysage.
2014, installation, vue d’exposition (photographies: Céline Billard), Alliance Française de Pereira, Colombie
mine de plomb sur 120 rouleaux de papier facture
70 x 4000 cm chaque rouleau
Vidéo en boucle avec son, 9'
Vue d'exposition, Alliance Française de Pereira, 2014 photographie: Céline Billard
J’habite à la sortie de Pereira. Chaque jour je prends un bus pour parcourir les 4,8 km qui séparent mon lieu de vie de l’Alliance Française, où je suis en résidence de création pendant un mois.
Ce trajet, qui prend en moyenne une demi-heure, est un moment de contemplation : la route, bordée par le río Otún, traverse un paysage de montagnes et une zone industrielle avant d’atteindre le coeur de la ville.
Publicada por Margarita Calle
Directora Maestría en Estética y Creación
Universidad Tecnológica de Pereira
en La Tarde, 5 de abril de 2014
El arte hace visible lo invisible; transforma en imágenes las ideas sin renunciar a ellas; dota de sentido al mundo dando con ello sentido a nuestra propia existencia. Así lo ha entendido la artista francesa Anna Mermet, quien lo refuerza con obsesión en cada
uno de sus proyectos artísticos: “Veintitrés kilos,” en compañía
de la bailarina y coreógrafa Stéphanie Parent; “Desplegar el libro”
o “4.8 km, images de pensée”, presentado en la Sala de la Alianza Francesa de Pereira, en la última versión de Corto Circuito.
Y hablo de obsesión porque esa es la palabra que mejor describe
el gesto repetitivo, cuantificable y acumulativo que despliega Anna en cada acción. Gracias a esta fijación reiterada en las ideas, la palabra poética, el texto literario, sus visiones de la cotidianidad,
los sonidos del paisaje, las percepciones del entorno, sus gestos
e interacciones emergen y toman forma en singulares paisajes visuales.
Precisamente eso es “4,8 km, images de pensée”: una poética del entorno en la que, en principio, aparecen comprometidas la palabra y el gesto, es decir, la idea y el cuerpo. La obra la configuran 4,8 kilómetros de papel de 6 centímetros de ancho (específicamente
el papel usado para las máquinas registradoras), marcado por escrituras gestuales y expresivas. Durante un mes la artista escribió con grafito, sobre la esta estrecha y frágil línea de papel, fragmentos de obras literarias, poemas y percepciones compartidas sobre su propia experiencia de habitar un espacio, de recorrer diariamente
los 4,8 kilómetros de distancia que separan su lugar de residencia habitual, del lugar de residencia transitorio, en el centro de Pereira.
En su acción performativa y escritural, Anna Mermet nos ralentiza el tiempo, nos demarca un tránsito, un recorrido que, más que físico, es mental. “Un recorrido de introspección hecho de recuerdos íntimos y literarios”, como señala la artista, que gracias al proceso creativo desplegado en su materialización, “se mezclan para formar una tela compleja y movediza”. Y es, justamente, en la disposición que esa “tela movediza” logra en la sala de exposiciones, donde emerge ese otro paisaje: ese en el que se condensa “materia
y gesto”, haciendo visible, aquello que de otra manera
seguiría velado.
Alguna vez le oí decir a Umberto Eco que en la creación no hay tiempos muertos, y aquí tenemos un ejemplo más para afianzar esa particular característica de la creación, pues las obras de Anna Mermet se gestan en el devenir, en el nomadismo que la apasiona, en las lógicas contradictorias que regulan nuestra existencia y que, en casos como este pueden aflorar como acciones estéticas
o artísticas.